Qué significa ganar una guerra, cómo se mide la victoria cuando el conflicto no es militar. Se cumplen veintisiete años del final de la Guerra Fría que terminó con la caída del sistema estatal de la Unión Soviética, y por tanto, con la “victoria” de Estados Unidos. Pero las tensiones siguen estando presentes y en sus planes de objetivos, respecto a misiles nucleares, ambas siguen estando en la lista de la otra ya que la carrera armamentística nuclear hizo que tanto Rusia como Estados Unidos conserven un gran arsenal en este ámbito.
¿Pero realmente Estados Unidos se ha convertido en la única potencia mundial después del final de la guerra? Actualmente estamos viviendo la caída del “gran imperio” por la cual Norteamérica refleja una decadencia con su nuevo presidente Donald Trump que encarna el miedo a no ser lo que una vez fue el país. “America first” resume la nueva tendencia del Estado a tomar políticas con una aire nostálgico, por ejemplo enseñando brazo de fuerza con las amenazas nucleares a Corea del Norte o las nuevas medidas arancelarias en el acero intentando frenar a una China que se abre paso a niveles gigantescos en el panorama internacional. Respecto a este último acontecimiento, no olvidemos que China es el país con mayor deuda estadounidense, por lo que el control que ejerce en su economía es un punto débil estadounidense que hace que esta no tenga tanto margen de acción al tomar este tipo de medidas que pueden repercutir negativamente en las calles de Wall Street. Esto refleja que poco a poco, Estados Unidos deja de ser la potencia que fue en su día, cuando contaba con las reserves de oro en sus bancos y las divisas dependían de ese oro norteamericano.
Pero no solamente está ocurriendo la caída del poder norteamericano en el panorama económico sino que en Siria hemos visto como ha perdido fuerza militar ante Turquía. El apoyo estadounidense a los kurdos en la región noroeste del país de Oriente para terminar con el Estado Islámico se ha visto desbancado cuando los turcos han decidido en su operación “rama de olivo” terminar con todos los kurdos, incluidos los que estaban siendo apoyados por el ejército de las barras y estrellas. Otra evidencia más de que EEUU ya no es intocable para el resto de países y mucho menos en zonas de Oriente Próximo en la que mayoría de países sienten un gran rechazo por el Estado capitalista, el cual, ya ni es capaz de dirigir su política interna sin depender de agentes externos. Los Gobiernos de la Casa Blanca hace años que depende de lo que opinen los judíos sionistas de Israel que empiezan a tener cada vez más voz y voto en colocar a uno u otro presidente americano; la fidelidad de Estados Unidos a Israel es evidente e incluso hace cometer locuras al actual presidente anunciando querer cambiar la embajada a Jerusalén provocando directamente el desagrado de Palestina, y con ello, el resto de países árabes que no ven con buenos ojos la presencia del Estado de Israel desde 1948 en la región. Estas medidas desesperadas tan solo siguen reflejando que los ideales del sueño americano están en declive y que en el panorama internacional el país se va desinflando.
Aún no está curada la herida que hizo vulnerables a los americanos el 11 de Septiembre de 2011 con el primer ataque terrorista en el país que evidenció que no eran intocables. Ese miedo hacia el terrorismo sigue siendo actualmente un actor importante del comportamiento estadounidense y se evidencia en el apoyo ciudadano al discurso de Trump sobre “no acoger refugiados para que no entre ningún terrorista” y las declaraciones de “terminar con todos los terroristas sin piedad”. La vulnerabilidad de la seguridad es uno de los grandes daños que, según el presidente, quiere reparar.
Todos estos acontecimientos que han ido ocurriendo y que siguen ocurriendo hoy en día tienen una lectura clara y es que el imperio ha caído. Los dos soportes más claros de hard power: la economía y el ejército no dependen ya exclusivamente del país sino que otros países y grupos tienen control sobre ellos de manera cada vez más directa. Estados Unidos no está sola en el plano internacional y no podemos olvidar el bloque económico de la Unión Europea si hablamos de poder y fuerza internacional y mucho menos, China que se está construyendo como una potencia económica que controlará la economía internacional a unos niveles que ahora solamente intuimos. Y en el plano militar, el terrorismo cambia las tornas ya que en estas guerras asimétricas no sirve amenazar con tener armamento nuclear y además, el ejército estadounidense en Oriente Próximo compite contra el ruso, el turco y el de los países donde ocurren los conflictos de guerra lo que hace que no sea el único país involucrado en cambiar el destino de esos países.
Así que no, America is not first.